El calendario Gregoriano -que nos rige actualmente- es un calendario solar que calcula el tiempo transcurrido entre dos pasos sucesivos del Sol por el equinoccio medio. En otras palabras, tiempo de Primavera a Primavera por ejemplo. Como todos sabemos, este ciclo dura 365 d 5 h 48 m 45.25 s. Este calendario nos permite saber, con cierta “precisión”, eventos astronómicos, que rigen, entre otras cosas, fechas tan importantes como son las de siembra y cosecha, por ejemplo. En contraste, el calendario maya es una trilogía de calendarios: 3 calendarios en uno, tres diferentes cuentas de tiempo que transcurren simultáneamente. Los mayas sabían que así como la luna se mueve alrededor de la tierra y la tierra misma se mueve alrededor del sol, el sol (y todo el sistema solar, por supuesto) también se mueve alrededor de un sol, llamado ALCIÓN y que es el sol central de las pléyades. Es decir, los Mayas descubrieron que nuestro sol forma parte de un sistema de soles pertenecientes al sistema de Las Pléyades. Descubrieron que no son 6 soles los que giran en derredor del Alción sino muchos más, siendo nuestro Sol el que ocupa la séptima órbita, que recorre en, aproximadamente 24,000 años divididos en dos períodos de 12,000 cada uno. Este descubrimiento proporciona a los mayas una tercera dimensión en cuanto al rastreo de la tierra por su orbitar alrededor de Alción. Es decir, el calendario maya fecha no sólo la posición de la tierra alrededor del sol en algún momento dado, sino también la posición que la luna tenía en ese momento alrededor de la tierra y la que el sol tenía en ese momento alrededor de Alción. Así pues, los mayas se valían de tres calendarios para este propósito, que a grandes rasgos son: De las 7 profecías mayas, una de ellas en particular salta estirando la mano para captar nuestra atención. De acuerdo a la segunda profecía, “el 22 de Diciembre 2012 el Sol recibirá un rayo sincronizador del centro de la galaxia con el que la humanidad iniciará un nuevo ciclo galáctico. Como consecuencia de dicho rayo, iniciará el fin del mundo de materialismo y destrucción en que vivimos e iniciará una nueva etapa de respeto y armonía. Antes de ese día, la humanidad deberá optar entre desaparecer como especie pensante que atenta contra el planeta o evolucionar hacia una nueva Era de integración con el resto del Universo”. De esta profecía, de inmediato la fecha brinca delante de nuestros ojos: 22 de Diciembre 2012. Por todo lo anterior, puedo tratar de adivinar, tal vez con más certeza, lo que esta fecha significa. En una primera instancia, la astronómica: Es el inicio -o fin- de un año al que llamaremos “galáctico”. Es el inicio -o fin- de un ciclo de traslación de nuestro sistema solar por Alción, de un nuevo ciclo solar, de un nuevo Sol. El Sexto Sol en la cuenta Maya. La segunda instancia, tal vez la más importante para los mayas, implica el conocimiento de que este ciclo de 24,000 años que tarda un año galáctico en completarse, se divide en dos etapas o periodos de 12.000 años cada uno, los cuales, a su vez, se dividen en dos más, uno de 10.000 años de oscuridad -el que estamos finalizando en estos momentos- seguidos de un periodo de 2.000 años de luz, para nuevamente incurrir en 10.000 años de oscuridad y 2.000 años de luz. Los mayas también descubrieron que Alción tiene a su alrededor un gigantesco anillo o disco de radiación en posición transversal al plano de las órbitas de los soles de sus sistemas -incluido el nuestro- y que dicho anillo tiene un alcance efectivo de 2.000 años luz solares, o 759.864 billones de millas. De lo anterior se deduce que cada uno de los soles de dicho sistema, a su tiempo y obligadamente, tienen que cruzar dicho anillo o disco de radiación.
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1 comentarios:
Genial mi chingon, genial
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